Volvemos con una receta de un blog amigo. En este caso se trata de "La cocina de Samira", desde donde Bego, una asturiana encantadora que siempre tiene palabras bonitas para todos, nos deleita con sus maravillas en la cocina. Si todavía no la conocéis, ya estáis esperando.
Me encantan las albóndigas y me gusta variar y probar nuevas recetas. Con manzana no las había hecho nunca y fue lo primero que me atrajo de éstas. Adapté un poquito la receta porque no tenía algunos de los ingredientes y quería aprovechar otros, como una botella de cava que me dio mi madre. Para beberlo no me gusta nada, pero en la comida me encanta.
Deciros que están riquísimas, que ya las hice dos veces y pienso repetir. Aquí podéis ver la receta original de Bego. Ya veréis como os tientan mucho!
Os dejo mi versión:
Para las albóndigas:
- 600 gr. de carne picada (mitad cerdo, mitad ternera)
- media manzana pelada y rallada
- un puñado de queso rallado
- una cucharada de orégano
- un huevo batido
- sal
- pimienta
- aceite
Para la salsa:
- dos zanahorias
- una cebolla
- medio pimiento verde
- un diente de ajo
- dos cucharadas de tomate frito
- un vaso y medio de cava
- agua
- aceite
- una cucharadita de harina
PREPARACIÓN:
Y el próximo día, aprovechamos las sobras, si es que sobran, claro!
Mezclamos la carne con la manzana, el queso rallado, orégano, huevo y salpimentamos. Tapamos con film y dejamos reposar un par de horitas en la nevera.
Formamos las albóndigas y las pasamos por harina. Las doramos en una sartén con aceite vuelta y vuelta. Las vamos poniendo a escurrir el aceite en un plato con papel de cocina. Reservamos.
Para preparar la salsa ponemos en una cazuela un chorro de aceite y vamos pochando a fuego medio las verduras bien picaditas. Agregamos el tomate frito y una cucharadita de harina, removemos.
Añadimos el cava y un poco de agua, según nos guste la salsa.
Movemos la cazuela de vez en cuando y dejamos que vaya cogiendo cuerpo la salsa. Entonces incorporamos las albóndigas y dejamos unos 15 minutos a fuego bajo.
Podemos acompañar de arroz en blanco, pasta o más rico todavía, con unas patatas fritas que incorporamos unos minutos a la cazuela para que se mezclen los sabores.
No os olvidéis de una buena barra de pan!
Y el próximo día, aprovechamos las sobras, si es que sobran, claro!