Último lunes de mes y toca de nuevo Reto de Tía Alia después del descanso veraniego. Como la anterior vez que participé, me decanté por la propuesta salada: Fricandó.
Llegué a las últimas porque llevo unas semanas muy vaga. El chico estuvo dos semanitas de vacaciones y cambié la cocina por jugar a la consola con él.
Estuvimos de limpieza y encontramos la maquinita que nos dio hace tiempo mi hermana cuando mi sobrino la actualizó y se le iluminó la cara como a mi cuando como chocolate, jeje, y pobre, ¡no iba a desilusionarlo! Claro que yo prefiero otras cosas que la play station, pero ya que está en casa hay que hacerle un poco de compañía y hacer algo de lo que a él le gusta también y como al final le gané, pues tampoco estuvo tan mal, jeje.
Pues eso, que vas dejando las cosas y cuando te das cuenta llega el día y no tienes nada echo. En este caso pude hacer la receta a tiempo y aquí la dejo.
No tenía ni idea de lo que era el fricandó y el resultado me recordó mucho a los bistecs en salsa de mi madre, porque al fin y al cabo los míos es lo que son. Estoy deseando ver las demás propuestas y comprobar si es que yo hice bistecs en salsa o fricandó.
INGREDIENTES:
- bistecs de cerdo (los míos eran unos 10 bistecs muy pequeñitos)
- aceite
- harina
- sal
- pimienta
- una cebolla
- tres tomates
- 500 ml. de caldo
- perejil
- dos ajos
- media cucharadita de pimentón (cambié el azafrán por pimentón porque no tenía en ese momento)
PREPARACIÓN:
Cortamos los bistecs (nosotros siempre tenemos carne de cerdo congelada de la matanza y en este caso me salió un trozo pequeño, por eso los bistecs tan pequeñitos), salpimentamos y pasamos por harina. Los freímos en un poco de aceite. Los reservamos en una cazuela.
En el resto de aceite freímos la cebolla picadita y los tomates en trocitos unos 10 minutos. Incorporamos a la cazuela con los bistecs y añadimos un majado de perejil, ajos y pimentón. Incorporamos el caldo y dejamos a fuego lento hasta que la carne esté tierna.
La salsa la pasé por la batidora para que quedara más suelta.
Los acompañé de patatas fritas. Y no os olvidéis del pan, que no puede faltar para mojar en la salsita.